Mi papá acababa de comprar una casa en Acapulco, la consiguió a muy buen precio, aunque no era casa nueva. La construcción estaba en excelente estado, era de dos pisos, tres recamaras con alberca y todo, y contaba con una huerta al lado del terreno. Su ubicación estaba en la Colonia Progreso, en el Acapulco antiguo atrás del Zócalo, en la parte alta de la montaña.
Él y mi tío Toño se encontraban ahí esa mañana pues todavía estaban llevando algunos muebles. En eso oyeron que alguien tocaba el zaguán; era un muchacho, enviado por el marinero encargado de su yate con el recado de que le urgía verlo porque algo andaba mal con el motor, por lo que de inmediato se fueron los tres juntos rumbo al muelle.
Ya en el yate, el marinero se fue a encender el motor y mi papá se puso en el timón y pudo darse cuenta de que el motor no encendía. Tras varios intentos se dirigió al camarote y de repente el motor encendió con un sonido vibrante. Mi papá conocía bien su yate, quiso anticiparse a cualquier percance y decidió no navegarlo, ni alejarlo mucho del muelle por lo que le pidió al marinero que lo anclara y mandó a Toño por comida y refrescos en la misma lancha que los había llevado al yate.
Una vez anclado, él y el marinero--- que más bien era un chamaco acapulqueño, buen trabajador, pero sin experiencia en su profesión--- abrieron la tapa del motor para ver como andaba de aceite y verificar el transformador y pasaron un tiempo cambiándole cosas y poniéndole filtros con mucho cuidado pues era un motor de gasolina.
Cuando llegó la hora de probar si había mejorado, trataron de encenderlo y un chispazo inicio un fuego en la parte de enfrente del motor. El marinero nervioso pensando que con eso bastaría para apagar el fuego, le roció agua, pero el choque de liquido en el motor ardiente provocó un humo espeso.
Como Germán no encontró ningún trapo grande para arrojarlo, tomó una cubeta y lanzó el contenido contra las llamas. ¡Era gasolina! que rebotó a su brazo derecho y lo incendió completamente.
Los dos hombres salieron corriendo y Germán, para apagar el fuego de su brazo, se lanzo al agua seguido por el marinero. Subieron a la lanchita del yate y comenzaron a remar, pero no avanzaban nada. No se habían dado cuenta que estaba atada. El marinero infructuosamente quiso cortar la gruesa cuerda con su navaja y en eso se dieron cuenta de que venía una lancha del muelle, atraída seguramente por el humo, así que los dos se volvieron a tirar al agua y llegaron a la lancha.
Los lancheros los ayudaron a subir y sacaron un extinguidor que Germán trató de activar, pero el dolor del brazo se lo impidió. La lancha se acercó al yate y uno de los lancheros logró activar el extinguidor y apagó el fuego en una de las orillas, sin embargo, ya se habían quemado las velas, una parte de la popa y el motor.
El grupo se alejó en silencio, viendo el humo del yate que les informaba que había cesado el fuego. Ahora lo importante era curar la quemadura del brazo de Germán pues le ardía mucho. El lanchero quien conocía bien a mi papá y lamentándose igualmente por lo ocurrido, dirigiéndose a él, le dijo:
---¿Te acuerdas Tin Tan, lo que dijiste el otro día de que te estaba quedando chico ese yate? Pues ánimo mi jefe, le llegó la oportunidad de tener el que quiere. Uno grande, precioso, que no sea de gasolina para que no se le vuelva a quemar el motor.
Con expresión de dolor y gemidos que mostraban que la quemadura era grave, Germán le regaló una sonrisa al lanchero. Este no sabía que sus palabras significaban mucho para él pues dependía de ellos el que lo llevaran a curar y así fue. Lo llevaron a la mejor clínica y hasta que no salió completamente atendido no se separaron de él.
El que no supo lo que había pasado fue Toño quien, por tardarse, tuvo que oír la versión de los otros lancheros quienes le dijeron que se estaba filmando una película en el Tintavento de Tin Tan.
Continuará con mas aventuras de Tin Tan en el mar…
10 Comments
me encanta que sigas el legado de tu padre, en un en vivo hablas de que Tin Tan era más de la disidencia de la libertad, es verdad, en una película recuerdo que Tin Tan dice que el pueblo no puede pagar el alto precio de la luz y que por eso él les ayuda a poner un diablito en el medidor, en serio nunca he escuchado a otro actor o personaje decir lo mismo, en esa época en donde no se podía hablar, existía mucha censura, creo que Tin Tan era consiente del alcance de sus palabras, por otra parte te puedo decir que hoy me siento pachuco o mejor dicho pachuca, por que desde hace años mi esposo está en los unites, y cada vez que veo películas de Tin Tan entiendo mejor al personaje, creo que es la identificación popular más clara de esta relación que tenemos millones de mexicanos con Tin Tan.
Que magnífica narración, gracias Rosalía por darme la oportunidad de recrear la vida de mi ídolo Tin Tan 👏👏👏👏 bendiciones y espero poder seguir disfrutando de esté legado de anécdotas ☺️
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Muy interesante todo lo que comentas de tu Papá. Realmente fué un artista muy completo…. Sin embargo las nuevas generaciones en los 60’s, no supieron aprovechar su talento… Es mi muy personal opinión…. Saludos para tú mamá…
Continúa con este proyecto…
Gracias es muy agradable saber cosas personales de tan gran señor por favor siga no la vamos a dejar y si fuera posible nos platicara de sus canciones nuevamente mil gracias
Excelente actor es mi favorito. Amo sus películas.
Que hermosas anécdotas y lamentable lo que le pasó a don Germán en su brazo muchas gracias por compartir sus vivencias.
Es muy interesante saber de Don Germán Valdez ” Tin Tan ” a quien admiro y respeto mucho, cuando comencé a ver sus películas el ya no vivía. Mi papá QEPD también lo airaba mucho y no de perdía sus películas de ahí yo las cimce a ver una de mis favoritas El Revoltoso decía mi papá era mi película porque yo también queme la instalación queriendo arreglarla y no fue con un centavito saludos cordiales.
Don GERMÁN!! El número uno !!!
Fabuloso saber esas cosas …..felicidades rosalia
Es lindo que nos cuentes estas anécdotas de nuestro adorado, por mi parte las disfruto mucho y me hacen admirar a ese gran señor que fue Don Germán Valdés.