Tin Tan, Sus Cadillacs y Sus Otros Modelos “Ford”

No hace mucho mi familia y yo estábamos viendo la tele y proyectaban la historia de Henry Ford, y en ese momento me vinieron a la mente los diferentes modelos de coches que tuvo mi papá, los cuales casualmente fueron la mayoría de esa marca. Quise conocer un poco de la Biografía del Fundador de la “Ford Motor Company” y me enteré de que fue uno de los hombres de negocios más importantes de la historia pues revolucionó la industria automovilística y llegó a ser uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Uno de sus lemas era que “había que refinar la materia prima” y pensé en lo que mi papá mismo dijo el día que decidió ser el productor de sus películas: “La materia prima” (refriéndose al talento) tiene que refinarse, solo así se podrán hacer buenas películas. Ford desde niño sintió una gran atracción por “las máquinas” y Tin Tan siempre sintió una gran atracción por “las máquinas” especialmente sus CADILLACS.

Para 1949 mi papá ya tenía uno, es el que sale en la película “El Rey del Barrio”; Cadillac Fleetwood modelo 48-49 Super Deluxe 239 CID Flathead V8 Speed Manual engine and mated to a 3 speed manual tranmission. Drum brakes, rotors, dual points, voltaje regulator, fuel pump, carburator and muffler y su color, aunque se ve negro era Midnight blue, azul intenso.

En ese mismo año se compró un MG porque decía que, era bueno tener dos coches. Uno para poderse ir  a Acapulco solos él y Rosita, y el otro para quienes los irían siguiendo atrás en el Cadillac, entre ellos mi abuelita Araceli, la mamá de Rosita, pues como aún eran novios había que irlos vigilando.

Al año siguiente, alguien le ofreció a Tin Tan un Porsche Alemán precioso y pensó que sería bueno tener un carro deportivo pues ganaba suficiente dinero como para no darse esos lujos. Un día, el director de cine Chano Urueta quien era su amigo, llegó a los estudios donde Tin Tan filmaba “La Marca del Zorrillo” y le pidió prestado el Porsche. Le dijo que solo lo tendría un día y medio porque quería probar una pista de carreras que se estaba inaugurando al sur de la ciudad de México. Mi papá se lo prestó... 

No me quiero imaginar la cara de sorpresa y de angustia que hizo mi papá, cuando en medio de la filmación le avisaron que “su amigo” le había chocado el Porsche. Y lo peor fue que no se pudo reparar debido a la colisión del motor contra la barra de contención con la que se impactó. A Chano Urueta afortunadamente no le pasó nada grave pero nunca pudo reponerle el coche y mi papá le dijo que le perdonaba la deuda, de ahí que ya no quisiera tener nada que ver con marcas que no fueran de la FORD. Lo bueno era que tenía su Cadillac y su MG y cuando le llevaron a enseñar un lindo Ford Thunderbird amarillo a los estudios Churubusco, no pudo aguantarse y lo compró como premio de consolación...

Es digno de mencionar que cuando mis papás tenían tres años de casados, mi hermano Pancho, el hijo mayor de mi papá, se estaba graduando como Licenciado en Derecho y se fue a vivir con ellos. Sus amigos eran nada menos que Ricardo y Pedro Rodríguez, los Hermanos Rodríguez quienes con todo y su corta edad ya figuraban en las grandes ligas del automovilismo. Ricardo competía de manera regular para el North American Racing Team (NART) y su nombre junto con su Porsche RS se veía en los primeros lugares en las pistas más importantes del mundo. Su hermano Pedro tenía un Ferrari en el que corría en diferentes carreras hasta en la legendaria 24 horas de Le Mans. Era lógico que a mi hermano Pancho se le antojara hacer un poco de lo que sus amigos los pilotos de carreras hacían, por lo que le pidió prestado el Thuderbird a mi papá y en un descuido echándose en reversa para cortar camino, al no ver el poste en la acotación de su lado, se llevó la puerta delantera dejándola tirada en la calle. Con eso mi papá no le volvió a prestar sus coches deportivos. 

A raíz de aquel evento, fue en un día primero de noviembre de 1962 cuando los medios de comunicación dieron la trágica noticia de que Ricardo Rodríguez, haciendo unas prácticas en el Autódromo acababa de tener un accidente espantoso en la curva conocida como “la imposible” había perdido la vida. Tenía 20 años. 

La tristeza cubrió al país y fue tal el dolor de mi hermano Panchito que mi papá dejó de comprar coches deportivos. Hoy los Hermanos Rodríguez son recordados con cariño y tristeza pues más tarde también Pedro perdió la vida en un accidente en una carrera en Alemania. El Autódromo de la Magdalena Mixhuca lleva el nombre de los “Hermanos Rodríguez” para tenerlos siempre en nuestra memoria. 

Después del Thunderbird, el siguiente coche que tuvo mi papá fue otro Cadillac, uno rosa que manejaba mi mamá. Este lo vendió para comprarse uno del año, traído de los Estados Unidos, pero como la que le  ayudó con los permisos y el trámite de la compra fue su anterior esposa la cual tenía ciudadanía americana, un día que mi mamá sacaba el coche del garage para llevar a Carlitos al doctor, cuando entró por el niño para sacarlo, volteó a buscar el coche y el coche ya no estaba. En un acto de insatisfacción, la ex de mi papá quien compartía llaves, fue quien se había llevado el Cadillac cafecito. Mi papá había puesto el dinero, pero ella lo había registrado a su nombre.

Ahí fue cuando mi papá decide comprarse el Cadillac de sus sueños, El Dorado Convertible. Ese coche sí lo disfrutamos mi hermano y yo porque en él nos llevaba a Acapulco y a todos los demás viajes. Le gustaba mucho ya que contaba con accesorios varios y aire acondicionado. Lo tuvimos por durante cinco años y a ese, el coche deportivo que le acompañó fue un Ford Mustang. Para cerrar con broche de oro, el último carro que tuvo mi papá fue una camioneta Ford Gálaxy padrísima, parecía barco, y el carro deportivo que le acompaño a la camioneta fue un Volkswagen Verde. La mayoría de los carros que mi papá disfrutó fueron sus Cadillacs y sus otros modelos de la marca FORD pues siempre le dieron mucha seguridad.