En una sola escena de la película “Musico Poeta y Loco”, pude contar veinticuatro frases que Tin Tan decía cuando llegan él y Marcelo al internado para señoritas: CHALE, CARNAL, SIMON, VATO, MIMÍ PALERO, SILVERIO, NOGALES, MARCELILLO, PETARRILLAS, SAFADILLAS, QUÉ NÓ?, ME LAIKA, SAURINOS, QUÉ MÉ NÉ, NOMÁS, SUAVENA, PUPILAS, MISS, BARAÑAS, WALETOTA, WANDERFUL, SUPER, DUPER… y si así era tan solo en una sola escena, no me quiero imaginar la interminable fraseología expresiones que en total dijo Tin Tan.
Ya son muchos los años que han pasado y se sigue poniendo como tema de discusión, estudio y análisis, “el lenguaje de Tin Tan”. La Universidad de Colima comparte un ensayo realizado por José Manuel González Freire, Profesor e investigador en la Facultad de Letras y Comunicación, en el que comenta que en el personaje de Tin Tan encontramos disparates, dobles sentidos, retruécanos, redundancias, caló mexicano, palabras en inglés, en francés, en italiano, en náhuatl, pleonasmos, albures, dichos, léxico, refranes, lenguaje indirecto, frases hechas, poesía y cuanto más un sinnúmero de sarcasmos, acentos y tonos los cuales siempre nos quieren enseñar algo.
Y hablando de enseñanza, mi papá tenía muchas frases que al principio me costó trabajo entender, pero entre todas, había una, si no la más importante, para mí la más significativa. Era la que nos decía en casa, cuando mi hermano y yo nos peleábamos. Nunca nos dio nalgadas, solo nos daba “manazos”, pero de ahí nos mandaba a la silla de castigo sentados por una hora y nos decía en tono fuerte: ¡hay que ceder, hay que ceder!
Lo que a mí más me podía no era el castigo o la frase. Me dolía oírlo decirla pues podía ver cómo le afectaba a él tener que castigarnos. Su tono era de tristeza y frustración, además le daba por caminar por toda la casa, entrando y saliendo de la cocina sin rumbo y para cuando nuevamente se acercaba a nosotros “los castigados”, nos volvía a decir la misma frase: ¡hay que se ceder, hay que ceder! y después se alejaba cabizbajo.
Era obvio que odiaba tener que castigarnos. A mí me partía el corazón verlo sufrir por nuestra culpa y casi siempre después de media hora yo ya me ponía a llorar y le pedía perdón por todos mis “errores” pero después de abrazarme me obligaba a pedirle perdón a mi hermano sin importarle quien hubiera empezado el pleito.
Desde luego con el tiempo entendí no solo su frase: “hay que “ceder”, la cual frase constaba de tres palabras que lo decían todo, también entendí a qué se refería. La conservó toda su vida pues esas tres palabras lo definían como persona. Ceder la palabra, ceder el paso, ceder el turno… era algo maravilloso. El ceder evitaba pleitos, discusiones, guerras… por lo que para mí fue la mejor enseñanza y la mejor frase de mi papá para mí.
Yo pienso que por eso en la película “La Marca del Zorrillo”, expresó de manera contundente dentro de su personaje del “señorito”, cuando a cámara nos dice que él no era “nacionalista” sino “pacifista que no es lo mismo”…, dijo frases como: “¡Viva el plan Marshall, Viva la Unesco (para la Educación, la Ciencia y la Cultura), Viva la Paz!, … ---las Bombas las odio, solo las yucatecas deberían de existir”…. ---
6 Comments
Muy lindo el blog y muy profundo a mi como fan me gusto y pude sentir el sentimiento con el que esta escrito ¡A seguir asi” Saludos ♡
Hola. Buenas noches. me encanta la versión de jardín de rosas. Pero solo existe el fragmento de trivia de TV clásico. Usted tendrá la canción completa o sabe cómo conseguirla para escucharla? La versión de Duncan dhu también es buena pero la de tin tan me gusta más y eso que solo hay un pedacito. Muchas gracias
Una persona buena en toda la extención de la palabra. Buen actor buen esposo buen papá enfin afable. Saludos y gracias por compartir.
Hola
Bonito relato, Saludos a la familia!
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Es muy grato poder conocer estos detalles del interior del gran Tintan, el fue un gran artista pero también un ser humano como todos nosotros que enfrentaba situaciones cotidianas como las quue nos comentas, gracias Rosalia, un saludo cordial.