Al inicio de la película “Simbad el Mareado” se puede apreciar una vista panorámica de las bahías de Acapulco en donde se observa su belleza inigualable y su mar tan lleno de color. De ahí la película nos va llevando “en una lancha rápida” hasta las playas de Caleta y Caletilla en donde vemos a Tin Tan recostado en una roca pescando con el dedo gordo de su pie derecho. Tan solo con esos escenarios podemos darnos una idea de lo hermoso que era: “el Acapulco de Tin Tan”.
…Los clavadistas de La Quebrada, El Hotel El Mirador, La Perla, La Isla La Roqueta, El Club de Yates, Sede de la XIX Olimpiada en Competencia de Yatismo, El Zócalo, El Club de Pesca, El Malecón, El Hotel El Papagayo, El Muelle, Playa La Condesa, la nueva zona Hotelera… y si nos seguimos hasta la montaña y bajamos a Icacos llegamos a la Base Naval que nos dirige hasta la Playa del Revolcadero y finalmente a la otra la Bahía, la de “Puerto Marques”.
El Acapulco de mi papá era padrísimo y yo lo extraño mucho pues desde que salíamos de México, íbamos en su Cadillac convertible, muy amplio y cuando cerraba el toldo nos poníamos a cantar, platicábamos y escuchábamos a los Beatles.
Lo único que no me gustaba era cuando mis papas ponían cierta música en el radio porque no se oía bien. Una vez les dije:
---Papá, podrían quitar esa música, es que quiero oír “el viaje”!---
Cómo se rieron cuando les dije que quería oír “el viaje”. Yo prefería el sonido del aire que entraba por la ventana a esa música que se oía tan mal y distorsionada.
En cuanto llegábamos a la casa que por cierto estaba ubicada en una zona cerca del rio, mi hermano y yo corríamos a ponernos el traje de baño y nos metíamos en la alberca. Nadábamos todo el día y cuando llegaba la tarde mi papá nos llevaba a Puerto Marques a comer gorditas, pescado y camarón y nos continuábamos nadando en la playa hasta la noche.
Me acuerdo cómo disfrutaba mi papá viéndome comer la almeja viva. Me llevaba hasta la lancha que la vendía y ahí mismo las abrían. Él le ponía el limoncito y nos reíamos viendo cómo se movían. Una vez me acabé dos docenas.
Mi papá amaba Acapulco porque ahí era donde podía descansar, ahí tenía su casa, su huerto, su Yate, sus lanchas y era el lugar donde podía navegar. Cada año participaba en torneos internacionales de pesca en las competencias de Veleros y convivía con sus amigos acapulqueños, los lancheros y desde luego con los marineros que le ayudaban al mantenimiento del “Tintavento”. La gente lo quería mucho porque les echaba la mano cuando tenían alguna necesidad.
Pero por otro lado también existía el llamado “Acapulco del Glamour” ya para los años 60s, Acapulco se convirtió en el lugar más visitado por las celebridades del mundo. Infinidad de artistas, millonarios e invitados especiales visitaban para asistir a la llamada “Reseña Mundial de Cine”, festival apoyado por los presidentes de México en el que se entregaban premios a lo mejor del cine mundial de esa época pero aunque mi papá siempre estuvo invitado, de las ocho veces que se realizó el evento cada año, mi papá solo asistió a dos.
El Acapulco de Tin Tan fue diferente, mucho más natural y hermoso, no precisamente el “glamoroso”. Me tocó vivir con él la emoción de su Yate que usó para la filmación de su película, el “Tintanson Crusóe”, vi cómo disfrutó de echarse sus jaiboles, de su gente y de reír junto con toda la familia para la realización del “Capitán Mantarraya”. Pero de todo lo que hizo mi papá, siempre se dio el tiempo para llevarme a la lancha que vendía la almeja viva a la que él le ponía el limoncito y yo me la comía. Ese era el verdadero Acapulco de Tin Tan.
3 Comments
Super historias, soy fan desde que tengo memoria de tin tan y leer estas historia de la persona y no el personaje, me hace amarlo aun mas. Espero que siga contándonos mas historias de tu papá. Y ya aprovechando, hay algún correo o web donde te pueda contactar directamente?
Muchas
Hermoso articulo, recordar es vivir y con tin tan mejor!!!
Que lindos recuerdos!! Espero que puedas seguir escribiendo. Aunque no vivo en Mexico (sino en Chile), y por razones obvias no me son familiares muchos lugares (salvo por las películas) las experiencias y cómo las cuentas, tienen un dejo familiar.
Muchas gracias. 🙂